gamificación

Unir gamificación y cultura empresarial como forma de capacitación de los empleados y desarrollo de talento es una fórmula de éxito eficaz cuanto más integrados están ambos conceptos.

Es un hecho demostrado que la gamificación interna ofrece múltiples beneficios a las empresas: a través de la satisfacción mejora el rendimiento, la productividad y el engagement de los empleados.

De hecho, la base del engagement es la motivación, es lo que induce a la acción y nada mejor para ello que la sana competitividad que produce jugar. En la empresa, el diseño de esos juegos se basa en las necesidades y objetivos de la compañía y en el análisis de los empleados.

El triunfo del game-based learning es mayor cuanto más unido aparece a la cultura corporativa. Veamos cuáles son las razones, qué términos se aplican y qué ventajas pueden aportar a la empresa.

Compromiso = identificación + vinculación

Las personas son las que hacen que un negocio tenga éxito. Más aún, son los directores de recursos humanos los que mejor conocen los que el compromiso de los empleados es vital para el éxito de la organización y lograr su engagement va más allá del éxito del negocio. Si los empleados se identifican y vinculan, se comprometen.

Implementar la gamificación a la cultura de empresa te permite adaptar la estrategia de desarrollo a los objetivos deseados, en la mayoría de los casos, de manera inolvidable.

Gamificación + cultura empresarial

En diferentes jornadas de trabajo profesionales ha habido quorum: motiva y promueve cambios en los empleados con feedback positivo e inmediato, detecta talento, incrementa el engagement & empowerment y aporta beneficios a todas las partes.

Desde videojuegos como elementos lúdicos a incentivos técnicos, en todos los casos son mecanismos que generan un enganche inmediato en el destinatario que le retiene y acaba siendo activo en la demanda de más contenidos formativos con el mismo formato. Un proceso eficaz, divertido y muy rentable.

Todo esto es química. Cuando jugamos, nuestro hipotálamo segrega oxitocina y el cerebro serotonina. A estas hormonas se las conoce como “las de la felicidad y el amor”; por eso nos atrapa jugar.

La técnica mecánica

¿Quién no se motiva al competir? Prácticamente todos los modelos de juego motivan y, en este caso, realmente funcionan porque desarrollan un compromiso individual e incentivan el ánimo de superación. Llamamos técnica mecánica a la forma de recompensar al trabajador en función de los objetivos que alcance. Con dinámicas extrapoladas de los propios juegos aplicadas a la cultura empresarial.

Recompensas por acciones

  • Acumulación de puntos y/o niveles. Asignando un valor cuantitativo se acumulan puntos o se sube de nivel a medida que se cumplen determinadas acciones.
  • Obtención de premios. Si consigues un determinado objetivo, recibes un premio. Incluso «coleccionables». Piensa en aplicarlo: como motivación es inigualable.
  • Regalos. Un bien que se da al jugador al conseguir un objetivo.
  • Recompensas motivacionales
  • Clasificaciones. Consiste en clasificar a los usuarios en función de objetivos logrados destacando aquellos que hayan sido los mejores en una lista o ranking.
  • Desafíos. Competiciones entre los trabajadores o usuarios: el mejor es el que obtiene los puntos o el premio pactado.
  • Misiones o retos. Si lo planteas bien es infalible en el departamento que consideres. Conseguir resolver o superar un reto o un objetivo. Puedes implementarlo de manera individual o en un equipo de trabajo completo.

Metodología dinámica

Ten cuidado: el objetivo de la gamificación no es crear un juego, sino establecer los sistemas de objetivo / puntuación / recompensa que, normalmente, integran a los mismos, pero que motiven al usuario para alcanzar la consecución de sus fines.

  • Recompensa. Solo si se obtiene un beneficio.
  • Estatus. Para establecer un nivel jerárquico laboral valorado.
  • Logro. Como superación o satisfacción personal.
  • Competición. Con el simple afán de competir intentar ser mejor que los demás.

 

Game-based learning de Saba

En Saba aconsejamos conectar a las personas de toda la organización para colaborar y trabajar juntos. Así, se consiguen mejores resultados para ellos mismos y para la empresa.

La gamificación debe permitir y animar a las personas a reconocerse mutuamente y promover constantemente las experiencias positivas de los empleados que impulsan las relaciones y los resultados. Cultura empresarial mediante el juego.

¿Cuándo empezamos a jugar?

Hay una conclusión indudable: la conexión entre gamificación y cultura empresarial mejora el rendimiento, la productividad y el engagement de los empleados y cuanto más unidos mejor. Una herramienta de enorme potencial para gestores de recursos humanos cuyo correcto diseño debe estar supervisado por la alta dirección y sometido a revisiones periódicas. ¡A jugar!